El Recinto del Templo Mayor era un cuadrado de 500 metros de lado (250.000 m²) que
se situaba en el centro de Tenochtitlán, dando la espalda al Este, casi como un vaticinio del origen de su caída, y en el confluían las tres calzadas principales hacia los restantes puntos cardinales: la de Ixtapalapa que iba al Sur y tenía una bifurcación que dirigía a Coyoacán; la de Tacuba que iba al Oeste y la de Tepeyac que dirigía al Norte, una de sus bifurcaciones dirigía a la ciudad de Tlatelolco que sería posteriormente absorbida por Tenochtitlán.
En la actualidad el recinto abarcaría desde el Zócalo y el Palacio Nacional al Sur hasta la calle González Obregón al Norte y desde la calle República de Brasil y Monte de Piedad al Oeste hasta la calle Del Carmen al Este.

El Templo Mayor y el Recinto del Templo Mayor fueron el centro absoluto de la vida religiosa mexica, esto es, la de los aztecas de Tenochtitlan.
Además, en el Recinto del Templo Mayor confluían los aspectos más importantes de la vida política, religiosa y económica de los mexicas, esferas inseparables de su mitología, así aquí tenían lugar desde las fiestas que el tonalpohualli marcaba hasta la entronización de tlatoanis y funerales de viejos gobernantes.
Su construcción se realizó en siete etapas y con el paso del tiempo el templo alcanzó una altura aproximada de 60 metros
se situaba en el centro de Tenochtitlán
El Templo Mayor era la mayor estructura de la ciudad, ubicado en el centro ceremonial de la capital del imperio, en lo que fue el islote original de su fundación. En realidad era un templo doble, formado por la típica pirámide trunca, pero de doble escalinata y con un templete anexo en cada esquina frontal de su base, que tenía unos 60 metros de alto, y en su cima los dos templos, dedicado uno al culto de Tláloc, dios de la lluvia (al norte, con pintura azul), y el otro a Huitzilopochtli, dios de la guerra (al sur, con pintura roja)
La zona arqueológica fue descubierta el 21 de febrero de 1978, por un grupo de trabajadores de la Compañía de Luz que realizaban trabajos de excavación con la finalidad de colocar cableado subterráneo. Al bajar el nivel del piso uno de los trabajadores golpeó una piedra circular con relieves, y llamó al departamento de arqueología. La piedra era una representación de la diosa de la luna (Coyolxauhqui), ésta se encontraba ubicada en la escalera derecha de la pirámide del templo mayor, el cual era el centro ceremonial azteca. Posteriores excavaciones rescataron gran parte del templo y el recinto ceremonial que lo rodeaba, que estaba sepultado al noreste de la Plaza de la Constitución debajo de las calles de Guatemala y Argentina, y se creía perdido desde tiempos de la colonia, tras la conquista de México,